Barreras de la Comunicación

Barreras de la Comunicación

Barreras de la Comunicación

Barreras de la Comunicación. Aspectos a dominar en el arte de influir en los demás

Antes de hablar de las barreras de la comunicación es importante reseñar la relación de este artículo con otro anterior; ¿Cómo comunicar, e influir, de forma efectiva?.

En éste compartimos algunos elementos clave que nos son de utilidad para mejorar nuestra influencia sobre los demás, especialmente en el ámbito laboral.

Tras publicarlo, me quedé con una espina clavada, con algo pendiente, pues aunque las técnicas descritas en el mismo son de probada utilidad, sin duda es fundamental que seamos conscientes de cuáles son las barreras que afectan a toda comunicación antes de aplicarlas.

Tenemos que saber qué elementos pueden afectar o suponer un obstáculo para la correcta comunicación, de forma que ésta no se malinterprete, sesgue o simplemente no se comprenda.

Debemos dominar este aspecto antes de querer influir sobre el otro.


Las 4 Grandes Barreras de la Comunicación

Distinguimos las siguientes:

  1. Barreras Personales: son las relacionadas con los aspectos psicológicos, emocionales, valorativos, actitudinales y perceptivos del individuo.
  2. Barreras Físicas: son las barreras que se dan en el canal de la comunicación, los ruidos que provienen del entorno. Por ejemplo, si el televisor está muy alto cuando transmitimos un mensaje éste puede no oírse o entenderse.
  3. Barreras Semánticas: se dan cuando los símbolos que utiliza el emisor para codificar el mensaje y construirlo tienen un significado distinto para el receptor, de forma que se puede dar lugar a una interpretación errónea. Las palabras no tienen el mismo significado para todos, dependen de su experiencia vital y de la construcción psicológica de cada uno.
  4. Barreras Cerebrales: aunque podemos situarlas dentro de las personales, merecen una mención aparte por su incidencia diferenciada.

Antes de aplicar las herramientas de persuasión descritas en el artículo ¿Cómo comunicar, e influir, de forma efectiva?, es fundamental entender, especialmente, las barreras psicológicas y cerebrales de la comunicación


1. Barreras Psicológicas de la Comunicación

Viñeta de José María Nieto @HUMORJMNIETO

Analicemos las barreras personales o psicológicas de la comunicación, de especial interés para dar lugar a un proceso de influencia y comunicación adecuado.

Dentro de éstas, siguiendo el esquema de María Jesús Mata[1], podemos encontrar las siguientes:

Proyección

Desde una perspectiva psicoanalítica es el mecanismo de defensa consistente en atribuir a otros los propios deseos, motivaciones, emociones e intereses… y es muy frecuente.

De este modo, sesgamos las palabras ajenas dándoles un valor que no tienen porqué tenerlo para el otro.

Todo lo que te molesta de otros seres es solo una proyección de lo que no has resuelto de ti mismo (Buda Gautama)

La inferencia

Es aquello que nosotros interpretamos del mensaje, el significado que le damos, pero que no tiene porqué ser el que realmente tiene o el que quiere transmitir el emisor.

Tendemos a creer que nuestra interpretación de un mensaje es la correcta pero tenemos que ser conscientes de que, muchas veces, no es así

Por ejemplo, si una chica me pregunta en una discoteca, “Perdona, ¿tú eres Pablo? Es que creo tenemos un amigo en común”, yo puedo inferir que realmente dice “Oye, te estoy preguntando algo como excusa para que hables conmigo porque me gustas” (si estoy en modo seguro) u “Oye, te estoy preguntando esto como excusa para que hables conmigo pues necesito que alguien me invite a una copa” (si estoy en modo inseguro).

Puede, realmente, que simplemente tenga curiosidad y quiera simplemente saber si soy la persona que dice. ¿Quién sabe?

El estereotipo

Consiste en atribuir a alguien las características con las que la sociedad ha definido a su grupo de pertenencia.

Pongamos que si procedo de una cultura que exalta al pueblo inglés como modelo de gestión, educación y con visión amplia de negocios, y me presentan a un británico, valoraré positivamente sus palabras y conductas de forma que encajen con mi estereotipo.

Queremos que el mundo, y los demás, sean como creemos, no como son

La defensa perceptiva

Surge cuando alguien se siente atacado con las palabras, acciones, conductas o gestos del otro.

Nos podemos sentir así simplemente por nuestra experiencia previa con la persona, nuestro estado emocional o por lo que nos haya pasado antes de que tenga lugar esa comunicación, aunque el otro, en caso alguno, nos esté atacando.

Muchas veces nos tomamos nuestras reacciones a las palabras del otro como consecuencia de las mismas cuando, antes de nada, deberíamos pararnos a pensar en qué medida nuestras propias emociones, experiencias o sesgos son los verdaderos responsables de dichas reacciones

La actitud hacia nosotros

Obviamente, la forma en que nos veamos, nuestros sentimientos hacia nosotros, afectarán al modo en que entendamos la palabra ajena.

Si tiendo a ser muy crítico conmigo es más que probable que vea al otro, y a sus palabras, como críticas hacia mí

La actitud hacia el otro

Si el otro nos cae mal podemos desvirtuar sus palabras y acciones pues estaremos a la defensiva.

Nuestras ideas preconcebidas sobre el otro influyen, de forma directa, en la interpretación de sus palabras y sus acciones

La tendencia a evaluar

Consiste en codificar los mensajes en términos positivos o negativos, con lo que la información pura desaparece y se convierte en valorativa.

Nuestra tendencia a valorar a las personas, y sus palabras, en términos de bueno o malo, nos alejan de las mismas y encierran nuestra percepción en el juicio

El efecto Halo y Eco

Empleamos un aspecto favorable o desfavorable del otro a la hora de interpretar lo que dice.

Si me presentan a alguien que cuando me da la mano descubro que ésta le suda mucho, tal hecho puede ser valorado de un modo u otro por mí y afectar a la forma en que me relaciono con él.

La percepción selectiva

Cogemos del mensaje sólo aquello que nos interesa.

Si me cae muy bien una persona voy a tomar de sus mensajes sólo aquellos aspectos que sean positivos y a obviar los negativos.


2. Barreras Cerebrales de la Comunicación

Antes de avanzar en esta parte hemos de reseñar que las cuatro barreras que vamos a mencionar están fundamentadas sobre el Modelo de Cuadrantes Cerebrales de Ned Herrmann.

Aunque ya hablaremos de este modelo en detalle, en futuros post, para entender bien lo que prosigue lo explicaremos de forma breve.

Herrmann diseñó un modelo, elaborado y contrastado, gracias al cual podemos identificar a una u otra persona en un cuadrante cerebral u otro (en cada persona predomina uno).

Así, su modelo establece cuatro cuadrantes que representan cuatro grandes formas de ver, entender y relacionarse con el mundo según dónde esté ubicada la predominancia cerebral de la persona.

Es importante saber cuál es la predominancia cerebral de la persona a la que me dirijo si quiero influir de forma efectiva sobre la misma.

Creo que los siguientes esquemas que he realizado pueden resumirlo bien:

Las cuatro predominancias cerebrales y sus intereses relacionados

Las cuatro predominancias cerebrales y personajes relacionados

Aclarado esto, veamos los cuatro grandes tipos de barreras cerebrales que podemos diferenciar:

La barrera del experto

Se da cuando a un cerebro experto, cuyo razonamiento y esquema de pensamiento se fundamenta en la orientación al detalle y en dirigir sus pensamientos y conocimientos hacia algo que sea útil, medible o cunatitativo, se le da un tipo de información que no sigue esos preceptos o que se dirige hacia objetivos distanciados de los mismos.

Si se trata de influir sobre el mismo en base a argumentos sociales e intangibles, no cuantificables ni medibles, la transmisión de información podrá darse pero la persuasión no.

La barrera del organizador

Este tipo de cerebro se podría definir como el del administrador, aquel que está centrado en las normas, los procedimientos, el orden y la organización.

En cuanto nuestra argumentación se distancia de estos parámetros nuestra capacidad de influencia se verá seriamente mermada.

La barrera del estratega

Aquel que se define por su creatividad, su lenguaje elaborado y su visión estratégica orientada al futuro no puede ser persuadido por argumentos de tipo matemático, al menos no exclusivamente.

Es una persona que necesita sentirse escuchada y sentir que se da importancia a su creatividad y visión. Quiere cambiar las cosas.

La barrera del comunicador

El cerebro comunicador va dirigido, principalmente, al establecimiento de relaciones, ese es su fuerte, con lo que todo intento de influencia que deje de lado este aspecto, y no lo haga suyo como primario, será desestimado por él, poniendo barreras al mensaje que traslade el emisor.


Síntesis

Es fundamental tener estos aspectos presentes en toda comunicación, pues de no hacerlo estaremos a merced de nuestros sesgos psicológicos, de nuestras propias barreras, y generaremos en el otro una sensación de ser malos comunicadores y oyentes, con lo que la posibilidad de influencia desaparecerá.

En la medida que dominemos estos aspectos, y tengamos mayor autoconsciencia, nuestra construcción del mensaje, nuestra conversación y nuestra escucha, se adaptarán con mayor eficiencia a los intereses del otro y a los propios, aumentando así nuestro impacto y capacidad persuasiva.

¡Buen fin de semana!

Pablo Jiménez Cores, Psicólogo Social, Socio y Director de Estrategia de Negocio de asv360


[1] Mata, M. J. (2010) Comunicación Interpersonal. Material didáctico no publicado empleado en la Escuela Europea de Negocios.