El emperador y el liderazgo carismático

El emperador y el liderazgo carismático

El emperador y el liderazgo carismático

En El emperador y el liderazgo carismático, como en otros artículos que le seguirán, vamos a rendir nuestro pequeño homenaje a la Psicología Social.

La razón de ello es su gran atractivo, el valor profundo que tiene dominarla, a nivel profesional y vital, y, por supuesto, porque como psicólogo social, es uno de mis temas preferidos.

En esta línea buena parte de los conceptos aquí sacados pueden verse desarrollados en la obra Psicología de los grupos[1], de los profesores Amalio Blanco, Amparo Caballero y Luis de la Corte.

Tuve como profesor a d. Amalio y a dña. Amparo, y esta obra es, bajo mi juicio, de las mejores que he leído para adentrase, con base, en la Psicología Social.


El caudillo

Cuando nos preguntamos qué tienen en común los grandes líderes carismáticos es que con su sola presencia o su palabra nos atraen.

Tienen, por ello, una «cualidad extraordinaria».

Siguiendo a Weber[2], parecen estar en posesión «de fuerzas sobrenaturales o sobrehumanas», como si hubieran sido enviados por Dios en forma de caudillo.


¿Por qué la gente sigue al caudillo o líder carismático?

Cuando nos paramos a pensar en personajes como Hitler, Obama o Gandhi, vemos que, obviando las notables diferencias de personalidad, forma y fondo de los mismos, en todos coincide la existencia de una gran masa que los ven, y los siguen, como si fueran algo más que humanos.

¿Por qué motivo la gente les sigue?

Por las siguientes razones:

  • Porque los seguidores tienen «prueba» de sus cualidades y éstas les aportan bienestar («Si parece que ha sido dejado por la mano de su dios, o lo ha abandonado su fuerza, su autoridad se disipa»[3].
  • Se vinculan emocionalmente al líder.
  • Ven en él a una persona que no se basa en pautas o reglamentos, simplemente actúa según si visión; la dominación carismática, frente a la burocrática, «es específicamente irracional en el sentido de su extrañeza a toda regla» pues está por encima de cualquier norma.

La visión

Uno de los aspectos clave del líder carismático es la capacidad que tiene de transmitir una visión simple y atractiva que encaja con los deseos, manifiestos y ocultos, de la masa.

Esta guía, que supone una mezcla entre lo racional y lo ideal, se convierte, así, en una piedra angular del líder carismático.

Con ello, vemos que, el líder carismático, va adquiriendo un perfil:

  • Se convierte en agente de cambio.
  • Busca constantemente nuevas oportunidades y tiene «un acentuado sentimiento de insatisfacción con el statu quo».[4]
  • Es un impaciente en constante movimiento que quiere llevar a la práctica su visión en un corto periodo de tiempo.
  • Se caracteriza por su oportunismo y su habilidad para arreglar problemas de forma rápida.
  • Parece estar imbuido por un cierto aire de misionero.
  • Tiene una confianza manifiesta, clara y absoluta en sí mismo.

«Le advertí una vez más de que mi campo de deportes no tenía las dimensiones olímpicas reglamentarias. A lo que Hitler respondió, sin cambiar de tono, como si se tratara de algo natural e indiscutible: ‘Eso no importa. En 1940 los Juegos Olímpicos todavía se celebrarán en Tokio. Pero después van a celebrarse en Alemania para siempre, en este estadio. Y entonces seremos nosotros quienes determinemos cuánto ha de medir el campo de deportes’». 

Albert Speer, Arquitecto Jefe del Partido Nazi.


La oratoria carismática

Si vemos la definición de Conger[5] del liderazgo carismático que Amalio Blanco, Amparo Caballero y Luis de la Corte muestran en su obra[6], entenderemos su capacidad persuasiva y la habilidad con la que la utilizan, ligada a su visión, como claro pilar de la generación de ese líder mágico.

«La habilidad para comunicar y persuadir, especialmente en un nivel emocional, es una característica importante del líder carsimático. (…) Los líderes carismáticos presentan sus ideas sirviéndose de un estilo verdaderamente visionario, crean un discurso que atrae a la audiencia, estructuran sus mensajes como una sinfonía, y usan su energía personal para irradiar ilusión respecto a sus planes».

«Los líderes carismáticos son creadores de significados»


Agente de cambio

Finalmente, si pudiéramos resumir la característica más poderosa del liderazgo carismático es que éste es generador de la imagen de ser un agente de cambio –real, rápido y efectivo, frente a la lentitud del burócrata– en la mente de sus seguidores.

Consigue crear una visión, un objetivo, en el que todos son importantes, de forma que la grandeza del objetivo acaba por hacer grande al que le sigue, pasando su vida, hasta entonces anodina, a tener un sentido transformacional y trascendental.


Como siempre, a tu servicio.

Esperamos que el post te haya sido de utilidad.

¡Un saludo!

Pablo Jiménez Cores, Psicólogo Social, Socio y Director de Estrategia de Negocio de asv360


Referencias

[1] Blanco, A.; Caballero, A.; De la Corte, L. (2005). Psicología de los grupos. Madrid: PEARSON EDUCACIÓN.

[2] Weber, M. (1944). Economía y sociedad. México: FCE.

[3] Blanco, A.; Caballero, A.; De la Corte, L., 2005, p.223.

[4] Blanco, A.; Caballero, A.; De la Corte, L., 2005, p.228.

[5] Conger, J. A. (1989). The Charismatic Leader. Behind the Mystique of Exceptional Leadership. San Francisco: Jossey-Bass.

[6] Blanco, A.; Caballero, A.; De la Corte, L., 2005, p.228.