Manipulación de los medios de comunicacion en la sociedad actual

Manipulación de los medios de comunicacion en la sociedad actual

Manipulación de los medios de comunicacion en la sociedad actual

Manipulación de los medios de comunicacion en la sociedad actual. Una historia de guerras

En el artículo de hoy, sacado de la obra “El Mundo Contra el Hombre”, vamos a analizar la manipulación de los medios de comunicación en la sociedad actual.

Es un tema que en asv360, por estar especializados en la persuasión e influencia, nos interesa notablemente.

Para ello, nos centraremos en la historia que hay detrás de ciertas guerras, dejando claro cómo nos manipulan los mass media.


La invasión del Golfo de 1990

En la invasión del Golfo de 1990-91 asistimos a la primera transmisión en directo de la guerra.

La veíamos mientras sucedía, parecía que estábamos allí, que podíamos participar desde nuestro salón de los combates y que lo que pasaba es lo que nuestros sentidos captaban. Sin embargo, la manipulación de los hechos, de lo que veíamos, fue tan constante que podríamos afirmar que sólo vimos una parte mitigada, sesgada y seleccionada del conflicto.

Alrededor del 90% de las imágenes que nos llegaron habían sido controladas con minuciosidad, de forma que no pudimos ver a ni un solo estadounidense herido o muerto[1], y las imágenes que se quedaban en nuestra retina eran las de una guerra de videojuego; espectacular, emocionante, impactante… y sin víctimas.

Los 250.000 soldados que no existían

Antes de la guerra se nos mostraron imágenes que confirmaban la presencia de más de 250.000 soldados iraquíes que estaban preparados para invadir Arabia Saudita, aspecto que fue desmentido más tarde por fotos comerciales obtenidas también desde satélite, y que demostraban que tal afirmación era plenamente falsa[2].

Los bebés de Sadam

Otra de las noticias que cobraron especial relevancia por aquel entonces, para que los espectadores occidentales vieran la maldad de los iraquíes —frente a nuestra bondad—, fue la de los bebés asesinados por los soldados de Sadam.

Nijirah-al Sabah, una adolescente de 15 años, en una sesión del Congreso de los Estados Unidos que tenía como propósito aprobar el ataque sobre Iraq, afirmó —entre lágrimas, no es para menos— como los soldados iraquíes, tras entrar en un hospital, desenchufaron las incubadoras en las que había 312 bebés prematuros, llegando incluso, en el colmo de su maldad, a tirarlos al suelo.

Tal acontecimiento habría pasado a la lista de los horrores de la humanidad si no fuera porque se demostró que la adolescente era ni más ni menos que la hija de Saud Nasir Al Sabah, embajador de Kuwait en Washington, y que la puesta en escena era un montaje entramado por la agencia de relaciones públicas Hill & Knowlton[3], bajo encargo, claro está.

La Guerra de Kosovo y la estrategia propagandística

En la Guerra de Kosovo la estrategia propagandística de la OTAN se fundamentó en 3 ejes: demonizar al enemigo; atribuir a éste la estrategia de la propaganda y a los propios medios una actividad meramente informativa; y por último, en manejar las cifras, la estadística de la guerra, en el propio beneficio para conseguir el apoyo público a la agresión[5].

Mientras los medios de comunicación kosovares se dedicaban a la propaganda los nuestros “informaban”.

Cierto es que si se nos expone a una manipulación, por parte del poder, tan evidente como la que en España teníamos con el NO-DO, el rechazo va a ser inmediato. Los tiempos han cambiado, y con ellos la propaganda.

En este aspecto los medios de desinformación se han adaptado y han desarrollado una estrategia más sutil pero mucho más efectiva.

La guerra del lenguaje

Primero con la Guerra de Bosnia-Herzegovina, y después con la de Kosovo, se comenzó a emplear la guerra del lenguaje, al más puro estilo orwelliano, y, siguiendo la tesis de Alex Grijelmo[6], se empezó a hablar de daños colaterales, que nos evoca algo imposible de evitar y en el que los asesinos son a la vez víctimas minimizando a la par la muerte de civiles; bajas civiles, sustituyendo “muertes” por bajas y añadiendo civiles para «perfumar la expresión con los riesgos de todo aquel que asume la guerra, aunque no forme parte de ella»[7]; y los aviones de combate dejaron de “bombardear”, que siempre es más grotesco y violento, con lo que ahora se dedicaban a hacer incursiones o salidas.

Gracias a esta perversión del lenguaje los militares lograron que buena parte de «la opinión pública recibiera los conceptos de una guerra limpia, una guerra sin sangre, con bajas pero sin muertos, con daños y sin heridas», lo que puede considerarse «tarea imposible salvo si se acude a la seducción de las palabras»[8].

La guerra del “a mí me han violado más”

Continuando con la Guerra de Bosnia-Herzegovina los medios de propaganda occidentales hicieron de las suyas, tanto por difundir grandes verdades sin recurrir a fuentes contrastadas, como por manipulación abierta.

Se dijo que 20.000 mujeres bosnias fueron violadas.

Tal afirmación provenía del informe Warburton[9], el cual estaba cargado de deformaciones y carecía de contraste alguno.

En contra, el informe de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU estimaba en 2400 las mujeres que habían sufrido violación, muchas de las cuales eran bosnias, pero también de otras etnias[10].

Era la guerra del a mí me han violado más, para que unos fueran las víctimas y otros los agresores, lo que servía para inclinar las simpatías de la opinión pública occidental hacia uno sólo de los bandos.

Por supuesto, aunque hubiera habido una sola violación la tragedia ya habría sido universal, absolutamente injustificable, pero la miseria radica en la manipulación de los datos y de las cifras, las cuales, en palabras de Alejandro Pizarroso, son «el mejor camino para mentir y, a la vez, la mejor manera de reconocer una mentira (…) Dar una cifra exacta siempre deja al interlocutor que carece del dato en posición de inferioridad.

Recordemos, por ejemplo, cuando Tony Blair afirmó, en un debate en el Parlamento británico en 2.003, que los iraquíes podían activar sus misiles con cabezas químicas en 45 minutos, lo que indicaba una precisión iraquí, bastante improbable, y que él disponía de una fuente segura»[11].

Las guerras de Afganistán e Iraq

Fuente de imagen: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:1st_Battalion_3rd_Marines_near_Marja.jpg

Aproximándonos en el tiempo podemos destacar las guerras de Afganistán e Iraq (la segunda) como pilares de una de las más bastas manipulaciones a las que ha sido sometido el pueblo occidental con el fin de lograr su apoyo al conflicto.

Estos dos conflictos, y muy especialmente el de Afganistán, pusieron en evidencia la activación de la nueva guerra propagandística surgida el 11 de septiembre.

Sin que pasara un mes de la caída de las torres las bombas estadounidenses comenzaron a sembrar de sangre el suelo afgano bajo el estandarte de la Guerra contra el Terror.

Nunca antes se pusieron de acuerdo, con tal precisión, el Pentágono, el Departamento de Defensa de los EEUU, así como diversos asesores de relaciones públicas y marketing, con el objetivo de obtener el respaldo popular para justificar una agresión[12].

Los medios, cómo no, jugaron un papel fundamental en todo este montaje.

Jessica Lynch. La guerrera americana

Fuente de imagen: https://en.wikipedia.org/wiki/Jessica_Lynch

Una de mis patrañas preferidas de entre las argucias propagandísticas empleadas, quizá por estar construida al más puro estilo de Hollywood, fue la de la soldado Jessica Lynch.

Su historia es digna de mención.

En el Washington Post del 3 de abril de 2.003 se nos presentaba el siguiente relato de aventuras:

«La soldado Jessica Lynch, rescatada el martes de un hospital iraquí, luchó con valentía y abatió a varios soldados enemigos (…) Lynch, de 19 años y encargada de los suministros, continuó disparando contra los iraquíes incluso después de haber recibido varios impactos de bala y ver morir alrededor de ella a varios soldados de su unidad (…) Luchó hasta el final (…) No quería que la capturaran con vida».

Una hazaña épica, quién lo duda[14].

¿Saben cuánta verdad había tras el relato homérico que exaltaba a la soldado Lynch y a los héroes encargados de su liberación? Ninguna.

La unidad de la soldado Lynch se perdió, no sabía leer los mapas.

No es de extrañar que al guiarse así acabaran por entrar en la ciudad de Nasiriya, que todavía estaba fuera del control americano.

La unidad escuchó disparos a lo lejos y, aunque éstos no iban dirigidos contra ella, se dispersó, como es natural por el miedo, y cada cual corrió por donde pudo y le vino en gana sin ningún tipo de táctica ni maniobra de evasión, por lo que perdieron contacto entre ellos.

Lynch, herida, aunque por volcar su coche y no por bala alguna, fue trasladada a un hospital en el que fue bien atendida y curada de sus heridas por médicos iraquíes.

Continuando con aquel drama emotivo digno de inmortalizar las páginas de los libros de historia, el valiente rescate de la soldado Lynch comenzó.

Los soldados del grupo de rescate, sin oposición en contra, la liberaron.

Esa fue la verdadera historia.

Jessica Lynch. La MTV se encarga del mito

El Pentágono, ignorándola, decidió originar una más digna de la nación de las barras y las estrellas, una que encendiese las almas y los corazones de los americanos.

Su maniobra fue todo un éxito.

Hasta tal punto fue así que la CBS, la ABC, la NBC y la MTV se lanzaron sobre la desconcertada soldado Lynch —no se le puede echar en cara formar parte de esta estafa, no hemos de olvidar que tenía 19 años y que ella no era más que un títere en manos del Pentágono— para que ésta les cediera su historia para la realización de una película, un libro, un documental y hasta un concierto liderado por la MTV[15].

Lynch, finalmente, atosigada por tal montón de patrañas, decidió decir bien alto que todo era mentira, que «no había disparado ni un solo tiro» y que le molestaba que «la gente se invente historias que no contienen ninguna verdad»[16], gracias a lo cual pudimos conocer la realidad, pues a los medios la legitimidad o no de las historia les importaba bien poco, y en modo alguno investigaron para saber qué pasó exactamente.

La continua divergencia

Sin duda, es muy evidente que vivimos en una sociedad en la que, en palabras de David Miller, «la separación entre las palabras y los hechos, o entre la retórica y la realidad, puede observarse cada vez más en todas las esferas de la vida pública, desde los mal llamados reality shows televisivos y la hiper-irrealidad de los avisos publicitarios hasta el bullicio electoral, la manipulación corporativa de la información y la propaganda del gobierno. Vivimos en un período en el que debemos reconocer lo que John Kenneth Galbraith, en The Economics of Innocent Fraud, describe como una “continua divergencia” entre la “creencia aprobada” y la realidad. Vivimos en la era de la falsificación.»[17]


Como siempre esperamos que nuestro post te haya sido de interés y, ante todo, de utilidad.

¡Un saludo!

Pablo Jiménez Cores, Psicólogo Social, Socio y Director de Estrategia de Negocio de asv360


¿Quieres cambiar las cosas?

Si es así, estamos puedes contactar con nosotros pinchando aquí o, si lo prefieres, a través de los siguientes medios:

Tfn: 666 555 690/620 218 557

Referencias bibilográficas empleadas

[1] Curros, O.; Nuno, L. (27/7/2004). La propaganda de guerra. Parte I. Orígenes y evolución, Rebelión. ˂http://www.rebelion.org/noticia.php?id=2505˃

[2] Ídem.

[3]Requeijo Rey, P. (2006). Dios, el beneficio económico y la creación del enemigo en la cortina de humo de Barry Levinson. Revista de la SEECI (13) 35-52.

[4] Tal como debió hacer Paula Requeijo antes de analizar la manipulación propagandístico-mediática en Dios, el beneficio económico y la creación del enemigo en la cortina de humo de Barry Levinson.

[5] Pizarroso, A. Aspectos de propaganda de guerra en los conflictos armados más recientes. Revista de Estudios para el Desarrollo Social de la Comunicación. (5). ˂http://revista-redes.com/index.php/revista-redes/article/view/152/140˃

[6] Grijelmo, A. (2000). La seducción de las palabras.Madrid: Santillana.

[7]Ídem.

[8]Ídem.

[9] Warburton, Anne (1993). Warburton Report. Womenaid International. <http://www.womenaid.org/press/info/humanrights/warburtonfull.htm>

[10] Pizarroso, A. Aspectos de propaganda de guerra en los conflictos armados más recientes. Revista de Estudios para el Desarrollo Social de la Comunicación. (5). ˂http://revista-redes.com/index.php/revista-redes/article/view/152/140˃

[11] Ídem.

[12] Camiñas, T. (2007). Valores en alza: guerras, propaganda mediática, cultura del miedo y “hedocinismo”. Revista Latina de Comunicación Social, 62. ˂http://www.ull.es/publicaciones/latina/200713Tasio_Caminas.htm˃

[14] Si tiene curiosidad, el lector puede acudir a la publicación Rescatan a la soldado Lynch, prisionera en un hospital iraquí, en la versión digital del Diario de León del 3 de abril de 2.003.

[15] Armada, A. (17/06/2003). La CBS ofrece a la joven soldado rescatada en Irak documental, libro, película y concierto. ABC (Edición Digital) <http://www.abc.es/hemeroteca/historico-17-06-2003/abc/Comunicacion/la-cbs-ofrece-a-la-joven-soldado-rescatada-en-irak-documental-libro-pelicula-y-concierto_188403.html>

[16] EFE. (8/11/2003) La ex soldado Lynch acusa al EEUU de manipular su historia para convertirla en heroína. El Mundo (versión digital). ˂http://www.elmundo.es/elmundo/2003/11/07/internacional/1068229567.html˃

[17] Millar, D. (2006) La democracia manipulada por la propaganda: el Reino Unido y las lecciones de Irak.Socialist Register.

[18] Liderado por Catherine Lutz y el profesor Thomas J. Watson Jr.

[19] Rodríguez, P. (23/07/2009). Ya han muerto más de 5.000 soldados Estadounidenses en Irak y Afganistán.ABC (Versión Digital). ˂http://www.abc.es/20090722/internacional-asia/nuevas-bajas-americanas-afganistan-200907221856.html˃