Las competencias del nuevo líder corporativo

Las competencias del nuevo líder corporativo

Las competencias del nuevo líder corporativo

Al hablar de las competencias del nuevo líder corporativo debemos partir, por supuesto, de una definición en común sobre lo que es el liderazgo.


El líder efectivo

El líder efectivo debe definirse, en su competencia de liderazgo, como aquel que tiene «la intención de asumir el rol de líder de un grupo o equipo de trabajo que implica el deseo de guiar a los demás»[1] y la capacidad de hacerlo con éxito, logrando que las voluntades de los colaboradores se alineen con las suyas.

Desde el punto de vista de las competencias, sabremos que un líder efectivo, una persona que tiene un recorrido de éxito demostrado como tal, tiene una serie de características que son de fácil deducción, pues sino no sería un líder ni la gente le seguiría como a tal.

Dicho esto vamos a ver las competencias que definen al nuevo líder corporativo.


1. Líder situacional y adaptativo

El líder, para serlo, ha de ser visto así por sus colaboradores y, para ello, debe haber dado órdenes con eficacia, pues en caso contrario no tendría la aureola de guía que su equipo le ha atribuido.

Sabemos que tiene impacto e influencia, y que lo consigue adaptando su mensaje, y sus órdenes, a cada persona. ¿Cómo lo hace? ¿Cómo consigue que su equipo, integrado por personas con distintas personalidades y formas de ver la vida le sigan?

Pues simplemente porque sabe adaptar su discurso a las necesidades, intereses, motivaciones y capacidades de cada uno, es decir, según la predominancia hemisférica del receptor.

De este modo, al de hemisferio izquierdo le dará órdenes centradas en aspectos técnicos, le presentará objetivos cuantitativos, y al de hemisferio derecho le pondrá ejemplos o le contará historias, en las que le hará en todo momento consciente del valor trascendental que tiene su labor y pidiéndole objetivos cualitativos.


2. Líder reforzante

Sabrá manejarse con soltura al reforzar a las personas según el hemisferio cerebral que predomine en ellas.

Puede que lo haga de forma intuitiva, pero no por ello menos efectiva. De no ser así, no premiaría al Responsable de Comunicación con una charla sobre la vida, preguntándole por sus hijos e interesándose sobre cómo él entiende que ha de presentarse al mundo la imagen de la empresa, ni se dirigiría al Técnico de Control de Gestión elogiándole sobre la disminución de las mermas en un 1,3% y de las roturas de stock en un 1,7% durante las semanas 16,17 y 18 respecto al N-1.

Ambos estarán satisfechos, uno por el interés humano e intangible y otro por la valoración técnica tangible.


3. Líder humilde

Sabemos que será humilde y que tendrá autocrítica pues el líder cercano, aquel con el que el equipo trabaja codo a codo, será admirado y seguido cuando muestre escucha activa, interés y empatía por el otro.

Sólo si el colaborador percibe humildad le seguirá.


4. Líder comunicativo

Como deja en evidencia su amplia experiencia como líder, sabrá rectificar y modificar ciertas conductas del colaborador de forma adecuada.

En privado, de forma respetuosa y centrándose en la conducta y no en la persona.

Además, para conseguir que el colaborador rectifique sabrá centrar su mensaje según la predominancia hemisférica; al de dominancia izquierda le mostrará las consecuencias humanas de su conducta mientras que al de derecha le hará entender las técnicas.


5. Líder que delega

Sabremos que es capaz de delegar correctamente, ajustándose de nuevo a las vicisitudes cerebrales de sus colaboradores, completando de nuevo la acción global de su cerebro sin que prime sólo la que le es característica.


6. Líder estable

Es más que probable que tenga un fuerte autocontrol, tolerancia a la frustración, orientación al logro y pensamiento analítico. ¿Se imagina a un líder efectivo sin tales cualidades?


7. Líder ejemplar y de impacto

Finalmente, aunque podríamos extendernos mucho más, tendremos plena conciencia de que nuestro experimentado líder domina el lenguaje, tiene impacto e influencia, una conducta ejemplar —de modo, que si sabemos qué conducta exige a sus colaboradores sabremos cuál es la que él tiene—, dotes de persuasión y visión estratégica.

De no ser así no sería un líder corporativo.


Como siempre, a tu servicio.

Esperamos que el post te haya sido de utilidad.

¡Un saludo!

Pablo Jiménez Cores, Psicólogo Social, Socio y Director de Estrategia de Negocio de asv360


Referencias

[1] Hay/McBer 1996